las PROPIEDADES CURATIVAS DE LA MARIHUANA: EVIDENCIA CIENTÍFICA, MITOS Y BARRERAS

usos de los componentes de la Cannabis sativa

Resumen

El cannabis (Cannabis sativa) se ha utilizado con fines medicinales durante siglos, y en los últimos años, la investigación científica sobre sus propiedades curativas se ha intensificado. A pesar de estos avances, persisten mitos y barreras que dificultan su plena integración en la medicina tradicional. En cuanto a la evidencia científica, se ha demostrado que los cannabinoides como el THC y el CBD son efectivos para tratar el dolor crónico, especialmente en condiciones como la esclerosis múltiple o el dolor neuropático. Además, su uso ha sido probado en el manejo de náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia, con medicamentos como la nabilona y el dronabinol aprobados para estos fines. El CBD también ha demostrado ser eficaz en la reducción de convulsiones en formas graves de epilepsia, como el síndrome de Dravet, y el Epidiolex ha sido aprobado por la FDA para tratar estos trastornos.

En el caso de los trastornos de ansiedad y del sueño, aunque algunas personas usan la marihuana para estos problemas, la evidencia es más inconsistente, ya que dosis altas de THC pueden aumentar la ansiedad. Los cannabinoides también han demostrado eficacia moderada en la reducción de la espasticidad muscular en pacientes con esclerosis múltiple, y estudios preliminares sugieren que el CBD tiene propiedades antiinflamatorias que podrían ser útiles para afecciones como la artritis, aunque se necesita más investigación.

Sin embargo, existen mitos persistentes sobre la marihuana. Por ejemplo, aunque algunos estudios de laboratorio sugieren que los cannabinoides pueden inhibir el crecimiento de células cancerosas, no hay evidencia concluyente de que la marihuana cure el cáncer en humanos. Otro mito es que la marihuana es completamente segura porque es natural, cuando en realidad tiene efectos psicoactivos y puede causar dependencia, problemas de memoria y efectos negativos en la salud mental, especialmente en personas jóvenes. Además, aunque el CBD y el THC provienen de la misma planta, no son lo mismo; el THC es responsable de los efectos psicoactivos y conlleva más riesgos en comparación con el CBD.

El uso medicinal de la marihuana enfrenta barreras significativas, como la legalización y regulación, que varían entre países y dificultan los ensayos clínicos. También existe un estigma social que afecta tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud, quienes pueden mostrarse reacios a recomendarla. Además, la falta de investigación a largo plazo sobre sus efectos y la variabilidad en la composición de los productos derivados del cannabis complican su uso estandarizado en la práctica médica.

En conclusión, la marihuana tiene propiedades curativas bien documentadas en áreas específicas, como el manejo del dolor crónico, las náuseas y el tratamiento de formas graves de epilepsia, pero no debe considerarse una “cura milagrosa.” A medida que se realicen más estudios, es probable que tanto sus riesgos como sus beneficios se aclaren aún más, lo que podría facilitar su aceptación e integración en la medicina tradicional.